
En la Grecia Antigua (1200 A.C.) también
las flores eran un símbolo muy importante. Para sus celebraciones, los griegos
recibían a sus huéspedes con coronas de flores aromáticas, para despejar su
mente después de un largo viaje; vestían además palos con flores y sarmiento
durante las fiestas de la cosecha y al contraer nupcias a las mujeres se les
coronaba con rosas.
Los romanos no fueron la
excepción (27 A.C. al 1800 D.C.); los soldados portaban rosas al partir hacia
la guerra y cuando volvían vencedores, marchaban triunfales con adornos de
rosas. Tenían una fiesta dedicada al a rosa,
y cubrían sus camas y el suelo con pétalos de flores aromáticas. Durante
el reinado de Nerón se crearon los primeros invernaderos, con techo de
alabastro y un sistema de calentamiento del suelo a partir de tubos con agua
caliente para poder tener flores disponibles durante las festividades del
invierno. La corona de laurel era un símbolo de poder y dignidad que portaban
los emperadores, inicialmente era de laureles naturales y después se hicieron
de metal.
Los follajes que más utilizaban
los griegos y los romanos eran bellotas, hojas de roble, laurel hiedra y
perejil; siendo las rosas, violetas, lirios y jacintos las flores más
utilizadas para adornar.
Así mismo, durante el imperio Bizantino, (1000 años D.C.) en lo que ahora es Turquía, colocaban en urnas y cálices de forma cónica, algunos lirios, margaritas y claveles que además decoraban con cintas.
Los arreglos florales han formado parte de la historia de la humanidad, como un reflejo del arte y la belleza que acompañó a cada una de estas épocas, la historia no termina aquí, pero al menos hasta hoy, tienes mucho que contar cuando envíes un arreglo de flores a alguien especial.
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